Hay gente que realmente le gusta su trabajo y pueden pasar horas y horas gestionando sus tareas. Llegan a casa y se conectan desde sus equipos portátiles o al ordenador de la oficina para rematar algunos temas. No pueden ir a dormir si no han leído el correo electrónico y para ellos las vacaciones casi son un castigo. Pero es necesario desconectar en vacaciones aunque seas un adicto al trabajo.
En muchos casos se trata de un autentico esfuerzo personal el que han realizar para no encender el móvil a escondidas por si tienen algo urgente. Esta circunstancia puede complicarse más todavía cuando al querer seguir con nuestras tareas pendientes tenemos que sumarle el factor de no saber (o no poder) delegar.
Son casos extremos pero lo más efectivo es buscar un rincón apartado del mundo donde no tengan cobertura de datos, que como mucho puedan recibir llamadas y en estos casos limitar las llamadas entrantes que pueden recibir. Se trata de una adicción al trabajo donde la voluntad y el reconocimiento de que tienen un problema es el primer paso para tratar de solucionarlo.
Esta falta de descanso mental produce poco a poco un agotamiento importante que va mermando nuestra capacidad de concentración y nuestra productividad en el día a día. El resultado es que una semana de vacaciones nos permite tener muchas más horas productivas en los próximos meses.
Aprender a desconectar del trabajo es fundamental para separar lo personal y lo profesional, y que la excesiva dedicación repercuta de forma negativa en las relaciones personales. Para conseguirlo, es importante tener unos hábitos concretos que proporcionen bienestar en el tiempo de ocio.
El verdadero éxito se basa en el equilibrio entre ambas parcelas. Hay una premisa básica: la salud es más importante que el trabajo. Para poder rendir en la oficina hay que cuidar de ti mismo, deduciendo que ni el cuerpo ni la mente son una máquina y necesitas periodos de descanso para el equilibrio entre lo personal y lo laboral.
El cerebro no tiene un botón para conectarlo y entrar en fase de máxima productividad. No hay más que ver que se es más productivo por las mañanas que a última hora de la tarde, más fácil es concentrase los primeros días de la semana que los viernes. Pero no basta con las pequeñas desconexiones.
Necesitamos pausas más largas donde estemos al margen de clientes, proveedores, correo electrónicos o llamadas que requieren nuestra atención, una desconexión más profunda para «resetear» nuestra mente y limpiarla, permitiendo volver con las pilas cargadas para lo que nos queda de año: las vacaciones.
Maite Nicuesa Guelbenzu, Doctora en Filosofía, dice:
Si no dispones de tiempo para descansar, divertirte y disfrutar de la compañía de tus seres queridos, esta situación te pasará factura. Altas dosis de insatisfacción y de frustración personal, porque la clave de la felicidad se encuentra en el equilibrio entre trabajo y vida personal. El trabajo no puede llenar las carencias internas que surgen por no cultivar los afectos.
La Doctora Nicuesa ha escrito sobre las consecuencias de no desconectar del trabajo y da 10 consejos para desconectar en vacaciones y los fines de semana:
Principales Consecuencias de No Desconectar del Trabajo en Vacaciones
- No saber desconectar del trabajo equivale a que las relaciones personales se vean mermadas. Aumentan las discusiones de pareja porque el otro siente que no tiene el espacio que merece. Pronto surgen los reproches y los ataques personales. Del mismo modo, esta actitud prolongada a lo largo del tiempo suele estar asociada con pérdida de amigos y con ausencias en fechas importantes como celebraciones de cumpleaños de los familiares.
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Los niveles de estrés se disparan y el cuerpo no se relaja al estar en vacaciones con la mente puesta en los asuntos de la oficina. No respetar las necesidades del cuerpo es un grave riesgo que nos hace perder el orden de prioridades básico de una vida feliz: el plano personal es más importante que el profesional, porque el primero es base del segundo.
- Cuando una persona no desconecta de su trabajo tampoco tiene un descanso de calidad porque las preocupaciones afloran todavía más por la noche en medio del silencio, la oscuridad y las horas en blanco.
- Las personas que están en esta situación tienen una visión muy limitada de la realidad, ya que se obsesionan con el tema laboral y no logran ver más allá. Conviene recordar que la vida es muy rica y extensa en formas y matices. Quienes se obsesionan con el trabajo pagan un precio muy alto por ello.
- A nivel de estado de ánimo, las personas que no desconectan en vacaciones tienen mal humor y se muestran irritables, porque expresan el malestar interno que sienten aunque no sean conscientes de cuál es la causa de su malestar. Escuchar las emociones es básico para saber qué se esconde detrás de ellas.
- Tremenda sensación de vacío y de soledad, porque las satisfacciones profesionales no pueden llenar la necesidad de cariño que tiene todo ser humano en su interior. De hecho, las personas que no desconectan de su trabajo se sienten especialmente incómodas en días en los que no tienen que ir a la oficina porque se sienten fuera de lugar.
- Al no desconectar, las preocupaciones aumentan bajo el efecto lupa que produce la excesiva atención de la mente a un plano en concreto. La falta de descanso también puede dar lugar a algunas molestias físicas, por ejemplo, dolor de cabeza, porque el cuerpo y la mente interactúan de una forma constante.
Consejos para Desconectar en Vacaciones
- La relación con las tecnologías facilita tu vida pero sólo si haces un buen uso de ellas, ya que tanto estrés produce estar permanentemente conectado como estar incomunicado. Busca el equilibrio y consulta tu cuenta de correo sólo una vez al día durante las vacaciones. Apaga el teléfono móvil en todos los planes familiares y con amigos, y potencia el contacto presencial: colecciona momentos felices y no selfies.
- La pereza, lejos de producir descanso, produce cansancio. El ejercicio físico reporta vitalidad y energía positiva. Montar en bicicleta, patinar, pasear, practicar natación… son posibles formas de entretenimiento deportivo que reportan autoestima.
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Es importante equilibrar los tiempos en las relaciones personales durante el periodo de descanso para ajustar la balanza de afectos. Es positivo compartir tiempo con la familia y con los amigos, pero también lo es tener tiempo para uno mismo.
Renunciar al espacio personal en vacaciones resulta agotador, por lo que lo ideal es que incluyas en tu agenda planes compartidos con otros, pero también espacios de soledad que te permitan leer un libro, ver la televisión, pasear, escribir en un diario… En definitiva, hacer algo que te guste.
- Cuida de ti y busca el confort para hacer frente con el máximo bienestar a la rutina vacacional. Utiliza ropa cómoda con la que realmente te sientas bien. Date un masaje. ¡Mímate!
- El hogar es nuestro espacio de máximo bienestar en tanto que es el lugar de la intimidad. Disfruta de momentos tranquilos en casa. Puedes aprovechar para cocinar recetas especiales, escuchar música, tumbarte en el sofá, disfrutar de largas sobremesas con tus seres queridos, revisar fotos bonitas, hacer cambios en la decoración… El objetivo es disfrutar de la casa en tiempo de vacaciones con la calma que no te permite la rutina laboral.
- El fin de semana y las vacaciones no deben vivirse con la presión de tener una agenda estricta; sin embargo, sí es saludable que incluyas cada día algún tipo de actividad social que te encante: ir al cine, visitar museos, tomar algo con tus amigos en un bar, practicar deporte… El ocio marca la diferencia respecto del trabajo y esto produce descanso.
De vez en cuando, por ejemplo un fin de semana cada dos meses, sí puedes darte el premio de estar en casa tranquilo y dar rienda suelta a la pereza. Este tipo de planes también son necesarios para «recargar pilas» y también es gratificante desconectar de la rutina social para buscar la soledad de vez en cuando.
- Si por motivos de trabajo madrugas mucho a lo largo del año es importante que te premies con el placer de no madrugar en tus vacaciones. Vuelve a adaptar de una forma gradual tus horarios de descanso a los de la oficina cuando falte una semana para volver al trabajo, para que el cambio sea menos brusco. Disfruta también de otros grandes placeres, por ejemplo, un baño relajante con mucha espuma.
- Tómate con calma los momentos de las comidas. Disfruta de los alimentos y de sus sabores. Una dieta sana y equilibrada es fundamental para sentirte bien porque el cuerpo no es una máquina y una mala alimentación pasa factura. Si comes sin compañía evita poner la televisión, escucha mejor música de fondo.
- En periodos cortos de vacaciones o puentes, programa excursiones a los lugares cercanos a tu ciudad para pasar el día fuera de casa pero dormir en el hogar. Este tipo de jornadas son excelentes para romper la rutina. Si vives en una gran ciudad, también es agradable viajar al pueblo el fin de semana en caso de tener familiares allí.
- Para integrar vida laboral y personal, no solo en vacaciones sino durante todo el año, puedes celebrar tus éxitos profesionales con tus amigos y seres queridos haciéndoles partícipes de tus ilusiones y proyectos.
Según una encuesta realizada por la empresa Randstad, un 85% de los españoles consigue desconectar del trabajo durante sus vacaciones de verano, pero todavía queda un 15% que necesita ayuda para regresar a la rutina con las pilas cargadas.
Fuente: Maite Nicuesa Guelbenzu, Doctora en Filosofía.
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Foto portada:
Wood Man Holiday Vacation
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