
El desamor es un negocio que crece y mueve millones. Lo más elegido tras una ruptura es el psicoanálisis y cada vez más gente acude al diván para superar la pena del final de una relación. Pero el mercado ofrece otras y muy diversas alternativas: libros, hipnosis e incluso tratamientos de dudosa eficacia…
Cada vez más personas acuden a un psicólogo para atravesar el duelo de una ruptura, según se desprende de las consultas a psicoanalistas realizada por la revista Clarín. Los especialistas coinciden en que el mal de amor es el mayor detonante de visitas, por encima de la muerte.
Pero el mercado es generoso y conforme aumenta la demanda, se dispara la oferta y crecen las alternativas: la hipnosis (un desprendimiento de la psicoterapia cuya eficacia siempre se discute), medicinas alternativas, coaching, control mental, videncia…
Incluso se publican pilas de libros que proponen superar el trauma de diversas formas. Tanta variedad, de una intensidad que satura, dibuja los contornos de una industria muy dinámica.
Gabriel Rolón, psicoanalista, lo confirma: «El mal de amor es el primer motivo para ir al psicólogo, en tiempos en que el uso de redes sociales y mensajes de texto provocan más separaciones. Si cada vez viene más gente, es por eso: porque las tecnologías facilitan las rupturas. Cuando la gente se da cuenta de que en soledad no logrará resolver su problema, cuando no puede con su dolor, en ese momento tiene que consultar. Entonces elige el psicólogo«.
Para Rolón existen dos tipos de terapias: Las breves focalizadas, que duran de seis meses a un año, y las globales, que duran varios años. El psicoanalista explica que se hace en general una sesión por semana, pero algunas prepagas cubren 30 sesiones anuales.
Ana Esther Krieger, psicoanalista, precisa: «Las consultas que recibo han aumentado muchísimo. Tras una separación debe haber reordenamiento psicológico. A veces se hace solo, pero cuando dura la melancolía, el duelo se vuelve patológico y hay que consultar. No se trata de olvidar lo que pasó, porque se enterraría parte de la propia existencia».
Mercedes Ruiz Díaz, 30 años, hizo psicoanálisis dos veces por semana durante dos años tras una separación (cerca de 200 consultas): «Al principio, hablaba mucho de mi ex, lloraba y el psicólogo intervenía poco. Luego intercambiamos más y me ayudó mucho”, dice.
Más allá de la variedad de alternativas y de cualquier método que se elija, Adriana Guraieb (quien dicta seminarios sobre el tema) dice que lo primero que hay que hacer no es novedad: llorar. Después, tiempo. La psicoanalista Mónica Cruppi dice que no hay que pretender superar el duelo en dos días.
Los libros acompañan. El escritor Fabio Fusaro publicó «Mi Novia – Manual de Instrucciones y Mi ex-novia». Hay también publicaciones de autores europeos, como «7 pasos para olvidar un amor o Supéralo», «Cómo sobrevivir a una ruptura y ser feliz o Cómo olvidar un amor», «Guía para encontrar un nuevo amanecer o Cómo olvidar un amor en 15 días». Y se venden bien.
La hipnosis (método alternativo y controvertido) es una de las prácticas más antiguas de la psicoterapia. «El 40% de mis pacientes viene a tratar el desamor. Las visitas aumentan de modo alarmante», explica la hipnoterapeuta Marcela Escobedo. Dice que se necesitan entre uno y 10 encuentros. El psicoanalista Campos discrepa: «La hipnosis cumple consignas, pero no cura. Freud la abandonó porque no lograba vencer la resistencia a la cura». Escobedo insiste: «La hipnosis clínica tiene fundamento científico y utiliza el psicoanálisis como base».
Gastar o no gastar es la cuestión: ¿cuánto dinero?, ¿de qué modo?, ¿para qué?… Para evitar el dolor, que puede volverse físico.
Guraieb explica que una pena de amor baja las defensas del cuerpo y las consecuencias dependen de la fortaleza de cada uno: «Puede dar una gripe, pero también hipertensión o diabetes, cáncer o un ACV. Lo peor que puede pasar, si el cuadro emocional es muy patológico, es el suicidio. Y hay personas que son tan frágiles que se cierran al amor para siempre», dice. Rolón precisa que no hay que desesperarse: «Tienen que saber que existe un espacio terapéutico para eso». Pero también que todo tiene precio.
Las confrontaciones siempre son incómodas, y sobre todo las que suponen una ruptura (de pareja, de amistad, etc). En esta era de relaciones virtuales, redes sociales y mensajería instantánea que vivimos, de oferta-demanda y de rentabilizar cualquier situación, la enfermera australiana Kristy Mazins (de 37 años de edad) ha creado un servicio on-line dedicado a la difícil tarea de «romper» con una relación de pareja.
El servicio se llama «Sorry it’s over» (lo siento, se acabó) y está creado para los que no se atreven a «dar la cara» y enfrentarse con una situación de dolor de la otra persona. Kristy dice que, por su profesión, ha aprendido a dar malas noticias tratando de no herir los sentimientos; también afirma que considera que su nueva dedicación está directamente relacionada con su profesión, la enfermería.
Según declaraciones de Kristy a Mamania «a la gente no le gusta la confrontación, les asusta eso. Este es un servicio necesario, porque evita el miedo de terminar una relación».
De momento, el servicio (con sede en Melbourne) sólo se ofrece en Australia y abarca desde un mensaje de texto, un correo electrónico o una llamada telefónica (que cuesta 5,50 $) hasta enviar flores, una cesta con regalos y hasta una visita personal de un experto para dar el discurso de despedida (66 $). «Nunca es fácil separarse, así que déjanos a nosotros hacer el trabajo sucio», anuncia en su sitio web.
Kristy sólo necesita que sus clientes le den una breve reseña de lo que quieren decir y lo convertirá en un mensaje cordial especialmente diseñado para aliviar el dolor: «Hola, XXX. Te escribo de parte de XXX. Pese a que XXX se preocupa por ti y te respeta, tiene miedo a enfrentarse contigo. XXX cree que vuestra relación ha llegado a su fin. Todo pasa por algo…», es un ejemplo de un mensaje de texto enviado por la empresa, que promete un eficiente término con novios, novias, esposos, esposas e, incluso, amantes.
Fuente: Frederic Santángelo (revista Clarín)
Más información:
http://gestion.pe/tendencias/cuando-romper-su-pareja-negocio-rentable-2137885
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