Tras la toma de París en 1940 Heinrich Himmler, jefe de las SS, declaró: «El mayor peligro de París es la presencia generalizada e incontrolada de las prostitutas, pues captan clientes en bares, salas de baile y otros lugares. Es nuestro deber evitar que los soldados pongan en peligro su salud…».
Para referirnos al origen de la mochila hay que remontarse a la prehistoria, cuando el hombre, para desplazarse, tenía que llevar sus pocos enseres en la espalda. La evolución ha ido acorde a la necesidad del hombre de transportar más cosas cada vez más pesadas.
Se suele preferir la mochila al bolso para transportar cargas pesadas en largos trayectos, porque los hombros soportan mejor el peso que las manos. Las mochilas más grandes descargan casi todo el peso en los cinturones que rodean las caderas, y las bandas que pasan por los hombros sólo estabilizan la carga, lo que permite llevar cargas pesadas ya que las caderas son más fuertes que los hombros y esta distribución mejora la agilidad y el equilibrio porque la carga actúa cerca del centro de masas del cuerpo. Además, esto descarga la columna vertebral de peso que la puede dañar.
Las guerras y los ejércitos han sido las que han impulsado (sobre todo desde el siglo XVIII) los diferentes avances, tanto en materiales como en formas y capacidades, porque el soldado, debido al conflicto, debía llevar sobre su espalda todo lo imprescindible para poder sobrevivir en el frente.
Como dato histórico y anecdótico:
Se dice que el propio Hitler había contraído la sífilis años antes pero es una leyenda urbana. Para evitar que las enfermedades sexuales diezmasen sus tropas, Hitler decidió tomar cartas en el asunto y decidió que los soldados alemanes llevarían en sus mochilas muñecas hinchables para satisfacer sus deseos carnales con seguridad.
En un principio, el modelo para la fabricación de aquellas muñecas iba a ser la actriz húngara Kathy von Nagy, pero ante la negativa de ésta los alemanes pensaron que los soldados se sentirían más a gusto con el modelo de raza aria: rubia y de ojos azules. Después de varios problemas en su fabricación (sobre todo por el problema de espacio en las mochilas) se fabricó un lote de 50 muñecas. Dos años más tarde, el proyecto se abandonó porque los soldados se negaron a llevarlas por la vergüenza y humillación que sufrirían si les capturaban y encontraban las muñecas entre sus pertenencias.
En la actualidad las mochilas son fabricadas con telas ligeras y estructuras que se adaptan a la anatomía humana, sistemas de suspensión y regulación…, según la actividad que se realice.
Las mochilas y su tamaño están directamente relacionadas al uso o misión a la que van destinados. También disponen de accesorios específicos para diferentes actividades (bolsas de hidratación y variados suplementos y accesorios que se pueden acoplar por diferentes sistemas. Uno de los más estandarizados es el sistema molle, con correas y velcros, y un sistema modular estándar de acople que permite modificar el conjunto con resultados sólidos estables y funcionales.
Cuando viajas, la mochila se convierte en tu casa. Puede que cuando termines de leer este artículo descubras que no te hacen falta tantas cosas para viajar.
Cosas a tener en cuenta para comprar una mochila
Al final, lo barato sale caro. Es muy importante elegir una mochila con un mínimo exigible de calidad. Un buen diseño de los tirantes, del cinturón y de la espaldera hará que su adaptación a tu espalda y cintura sea mejor y que, por tanto, tu cuerpo sufra mucho menos al cargar con todo el peso. Si no es una buena mochila se nota la diferencia, no tanto en el cuerpo de la mochila sino en cómo se amolda a tu espalda.
Piensa que va a ser tu casa mientras viajes y vais a caminar juntos muchos kilómetros. Lo mejor es colgarte la mochila con suficiente peso, ajustar las correas y probar que te sientes cómodo con ella. Por supuesto, a mayor capacidad y volumen de la mochila, más importantes son los factores que acabo de comentar.
En cambio estas características no son necesarias para mochilas muy pequeñas, ya que están pensadas para cargar poco peso y no para una buena transferencia del peso de la mochila a nuestras caderas. Un correcto ajuste de la mochila es imprescindible para sacar sus máximas prestaciones: una excelente mochila ajustada incorrectamente será mucho más perjudicial que una mala mochila ajustada de manera correcta.
La mayoría de los viajeros optan por llevar dos mochilas: una grande con la ropa y otra pequeña con las cosas de valor y del día a día. La mochila pequeña puede también ser una riñonera, una bandolera o lo que te parezca más cómodo, teniendo en cuenta que la vas a llevar encima la mayoría del tiempo.
Según la cantidad de material a transportar, hay que elegir una mochila con más o menos capacidad. Esta capacidad viene expresada en litros, según esta clasificación:
- De 18 a 30 litros: Para actividades de un solo día con poco material necesario.
- De 30 a 40 litros: Para actividades de un solo día con bastante material (alpinismo o escalada).
- De más de 40 litros: Para actividades de varios días y con gran carga de material.
Para un viaje largo, la mochila grande ha de ser lo más pequeña posible. Los viajeros más curtidos y valientes llevan una mochila de entre 30 y 40 litros, con mudas para 4 días y sólo la ropa estrictamente necesaria (dependiendo el clima de los parajes que vayas a visitar). Un tamaño entre 40 y 65 litros es lo que lleva la mayoría de la gente. No es aconsejable que sea de más de 65 litros. No importa si viajas un año o un mes, pues la cantidad de ropa suele ser casi la misma. Si sobra sitio, tenderás a poner cosas innecesarias.
Es muy importante que las tiras y el cinturón sean acolchados. La mayoría de los viajeros suele pasar por alto este tema, pero es la clave para que el peso de la mochila esté bien repartido.
También interesa que tenga bolsillos. Puede que sea un tema básico. Hay mochilas que son un tubo y, aunque son más compactas, no son prácticas a la hora de llenarla. No siempre hay sitio para abrir la mochila y no te queda más remedio que meter la mano y encontrar lo que necesites (camiseta, calcetines…) para cambiarte. Si lo tienes todo repartido y ordenado, es mucho más fácil.
Que tenga funda protectora. Es muy recomendable. Úsala siempre, no sólo para la lluvia. Protege tu mochila y mantiene tu ropa seca y limpia.
Los pequeños detalles harán que la mochila suba de precio y sea mucho más versátil y más cómoda durante su uso. Por ejemplo, una cremallera que la abra completa y frontalmente, bolsillos laterales, porta-piolets, porta-casco, funda protectora…
Existen muchos tipos diferentes de mochila. El tipo más común se carga por arriba, y tiene un compartimento en la parte baja y otro en la tapa. Este modelo es más robusto al no tener cremalleras que se puedan romper, pero para acceder a los contenidos hay que sacar la mayoría de las cosas fuera, pues el compartimento principal es un saco. Otros modelos tienen solamente un compartimento con una cremallera alrededor con más fácil acceso a la ropa. Finalmente, hay algunos modelos híbridos que se cargan por arriba, pero también tienen una cremallera.
Lo más importante para un viaje largo es seleccionar una mochila cómoda, sencilla y robusta. Los modelos más avanzados y caros suelen ser más ligeros y ergonómicos, pero no aguantan bien el trato que se le da durante un viaje largo (autobuses polvorientos, barcos, mulas, tirones, empujones y maltrato generalizado).
Cómo distribuir el contenido en la mochila
El orden aconsejado por los expertos es el siguiente:
- En la parte inferior hay que poner el material más ligero y que menos vayas a utilizar durante la marcha (saco de dormir, ropa de muda…), aunque las mochilas suelen tener un compartimento inferior independiente para acceder a él.
- En el centro, sobretodo pegado a la espalda, colocarás lo más pesado.
- En la parte superior (en la seta) los objetos poco pesados y muy utilizados (por ejemplo GPS, gafas, botiquín, documentación…).
- En los bolsillos los objetos más pequeños, teniendo la precaución de evitar posibles robos al estar más accesibles.
Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=2szuniw3fXg
Lo más importante es que la carga esté bien distribuída en la mochila (que la parte izquierda y la derecha de la mochila pesen lo mismo) para evitar problemas al caminar y que se te sobrecarguen unos músculos sí y otros no.
No uses nunca los bolsillos interiores (en los que va la ropa) para colocar cosas con líquidos.
Usa siempre las cintas de compresión internas. Evitarás que el contenido se mueva. Si no abrochan, algo has hecho mal. El balanceo es malo para la espalda.
Reserva espacio para lo que puedas comprar en el viaje, incluso cuando no vas con la intención de comprar.
También será interesante almacenar las cosas en bolsas de plástico transparentes para tenerlas más organizadas, aisladas y visibles sin tener que abrirlas.
Llevar la mochila correctamente
Este tema es muy importante. Colócate las sujeciones correctamente. Las tiras de la mochila cumplen una función, no son una decoración. Son ajustables y abrazan tu cuerpo. Úsalas siempre bien abrochadas, tanto el cinturón como las que van a la altura del pecho. Para ello, te pones encima la mochila, te abrochas las sujeciones de pecho y riñones, tras ello, te inclinas hacia delante sin doblar las piernas, y entonces, en ésa posición, las aprietas un poco más. Esto sirve para no cargar todo el peso a los hombros. Así el peso queda bien distribuido y se siente mucho menos.
Lo ideal es que abajo te quede a la altura del final de la columna (coxis), y de arriba, a mitad de la cabeza. Pruébalo: notarás la diferencia del antes y el después y tu cuerpo te lo agradecerá.
¿Qué material debemos llevar en nuestra mochila?
Es una pregunta difícil de responder, y la propia experiencia hará que con el tiempo tu mochila vaya lo más optimizada posible ante cualquier salida. Un consejo muy útil es hacer una lista de material que te ayude a no olvidar nada importante dependiendo del tipo de actividad que vayas a realizar y de la duración de la misma.
Lo primero que te indicará el contenido de la mochila será el número de días que la vayas a utilizar en la salida. No será lo mismo una salida de unas horas que de dos o tres días. También dependerá de si pasas la noche en tiendas de campaña o refugios, y si debes cocinar o comerás de la comida de un refugio guardado de montaña. Y, por último, variará según el tipo de actividad que realices (senderismo, montañismo o alpinismo), con o sin probabilidad de nieve.
A la hora de elegir el material debes tener en mente que eres el que va a cargar con la mochila a la espalda, que cada gramo de peso que llevas es importante, y tener en cuenta variables como:
- Destino del viaje
- Duración
- Temperaturas
En función de estas tres condiciones podrás planear qué vas a llevar (si el viaje es en verano, la ropa, evidentemente, pesa menos).
Al cargar la mochila lo más importante es cargar sólo lo justo. Si cargas algo «por si acaso», mejor déjatelo. Hay quien recomienda las bolsas de compresión para reducir el espacio que ocupa la ropa y mantenerla seca, pero al meter muchas cosas en poco espacio la mochila pesa mucho.
Haz una lista y elimina la mitad de lo apuntado en la lista. Esto es imprescindible cuando debes ajustar el espacio. Haz la mochila como si se tratase de un viaje de una semana. La mayoría de las cosas de primera necesidad las puedes comprar por el camino si se te ha olvidado algo al salir de casa, aunque ten en cuenta que hay cosas prácticas difíciles de encontrar durante el viaje. Lo único realmente necesario es el pasaporte, medicinas (por si tienes una emergencia médica), algo de dinero y la tarjeta de crédito).
El peso de una mochila no debe exceder el 10% del peso de la persona. En un hombre de 75 kilos debe ser de menos de 8 Kg de carga en la mochila.
La prueba definitiva: haz la mochila y póntela por casa, aguanta con ella al menos 20 min. Si pesa demasiado, rectifica el contenido.
- Como regla general, no lleves nada que no estés dispuesto a perder ni dejar. Viajando, la ropa se gasta más rápido no sólo por los pocos cuidados que puedes tener en el viaje. También porque la usas con más frecuencia que estando en tu casa, donde varías más. Lo bueno es que usas la ropa hasta el final y no queda perdida en el fondo de tu armario porque has comprado algo nuevo.
- La ropa se lava. Básicamente la filosofía es esta: mejor llevar jabón que muchas camisetas/ropa interior/pantalones. No cargues con 15 camisetas, porque no hace falta. Para un viaje de una semana, con 4 ó 5 camisetas es más que suficiente; con 5 mudas también; y 3 pantalones. Se lava a mano. Intenta lavar cada noche lo que usas durante el día. Si no se seca y tienes que irte, lo guardas en una bolsita y cuando llegas al próximo destino lo sacas. Y si no tienes ganas de lavar tu ropa, por lo general vas a encontrar lavanderías para que otros lo hagan por ti.
- Lleva prendas que combinen con todo, que no se manche fácilmente, que seque rápido y que sea cómoda. Antes de poner algo en la mochila, asegúrate que cumple estas condiciones.
- No le temas al desapego. Si a mitad del viaje sientes que cargas con cosas que no necesitas, regálalas pues tiene sentido llevarlas. Tu espalda te lo va a agradecer, y la persona que lo va a aprovechar, también.
- No debes llevar equipo de camping a no ser que estés seguro de que lo vas a usar, ya que el peso extra no compensa el uso que le vas a dar.
- Funda de vuelo para la mochila. Es un saco de tela grande y semi-impermeable en el que puedes meter la mochila entera. Estas fundas están hechas para que las tiras y cierres de la mochila no se enganchen en las cintas transportadoras de equipaje de los aeropuertos. Además, al viajar en autobús, camioneta, barco, etc, la posibilidad de que la mochila se manche de grasa, polvo, agua, barro y otros es alta. Con las fundas, la mochila y su contenido quedan parcialmente protegidos y a largo plazo no se deterioran tanto.
- Saco-sábana y funda de almohada, para cuando te quedas a dormir en algún sitio que no está muy limpio.
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Bolsa oculta para el pasaporte y tarjetas. Existen dos modelos: para colgar al cuello y para atar en la cintura debajo del pantalón. En ambos casos, las bolsas están hechas para hacer más difícil el trabajo a los carteristas y que tengas siempre lo básico (en caso de que te roben la mochila de un tirón).
- Cinturón con cremallera interior para el dinero de emergencia (alternativamente en un zapato). En caso de tener un problema, siempre tendrás ese dinero disponible.
- Impermeable resistente (no poncho desechable) tamaño grande y funda de lluvia para mochila (grande y pequeña). A veces se pone a llover justo cuando tienes que llevar la mochila. Dado que todo lo llevas encima (incluyendo cámara de fotos y otros objetos que no se deben mojar) las fundas te ayudan a que la mochila esté más o menos seca mientras corres al hostal.
- Tupperwares y Spork: Al viajar por países más caros, es más económico prepararse la comida en los albergues y llevarla encima en vez de comer en restaurantes. El spork es una cuchara y un tenedor en el mismo cubierto que no pesa ni abulta nada.
- A veces llegas a los hostales muy tarde, o sales muy temprano. La linterna te ayuda a no despertar al resto de la habitación mientras haces la mochila. Ocasionalmente, también te sirve para hacer senderismo, visitar cuevas y volver al hostal en pueblos remotos sin luz.
- Un candado normal para cerrar la habitación cuando se puede y candados pequeños para cerrar las cremalleras de la mochila en entornos donde pueda haber carteristas o cuando el lugar no nos inspira confianza. Sí, pueden cortar la tela, pero ya es un paso más.
- Bolsa de tela para la ropa sucia. En la mochila no es fácil organizar las cosas. Una bolsa de tela (para que usar menos bolsas de plástico) te ayuda a separar la ropa usada de la limpia, y también la puedes usar para llevarlo todo a la lavandería.
- Tapones para los oídos. Hay veces en las que el entorno no es el más adecuado para dormir (autobuses nocturnos, hoteles baratos, hostales de mochileros, bares, discotecas, estaciones…). Unos tapones de los oídos parecerán caídos del cielo en ese momento.
- Navaja multiuso. Te salva. Si viajas en avión, recuerda no llevarla en el equipaje de mano porque te la quitarán.
- Hilo y aguja.
- Termo/cantimplora.
Ahora que ya tienes una ligera idea del tipo de mochila que necesitas, te invito a que conozcas la Highlander Discovery. Se trata de una mochila de senderismo ligera, de 65 litros. Reúne todas las condiciones óptimas descritas anteriormente: sistema completamente ajustable de espalda (tirante para el pecho y hombros), bolsillo de hidratación, aro para bastón de caminatas, bolsillos, correas y cremallera.
Amplio compartimento principal y lazo separador para guardar equipo. De acceso fácil. La bolsa también tiene compartimentos por fuera y compartimento para almacenaje con cubierta, además de tener una cubierta visible de lluvia para extra protección. Ideal para largas caminatas de montaña o viajes de excursión y fines de semana. Si quieres más información la tienes disponible en el enlace de Amazon. Ya sabes que Amazon es garantía de calidad en todos los sentidos.
Y si te gusta el montañismo, puede que te interese el libro escrito por Joaquín Colorado Sierra «Montañismo y trekking – manual completo«. Es un libro muy recomendado por «Espacio Acción», centro de formación y entrenamiento de montañismo:
“Sin duda alguna, se trata de uno de los manuales más solicitados por alpinistas y montañeros»… «Agotada su 3ª edición, la editorial y el autor han preparado una 4ª nueva y totalmente actualizada, con cambio de portada y repaso general y minucioso del interior, que se ha adaptado a los cambios impuestos en los dos últimos años»… «Su autor cubre una laguna existente dentro de las publicaciones de montaña que se han editado hasta el momento, desarrollando una serie de áreas de conocimiento que en los manuales de iniciación no se analizan en profundidad y que en otros más técnicos no se plantean»…
«Es en los últimos tiempos cuando el camino en sí mismo tiene tanta importancia como antes la tenía el destino. Un completísimo manual sobre todos los aspectos relacionados con los deportes de montaña, incluido el trekking: material y vestimenta adecuado para cada actividad, progresión por terrenos difíciles, medios nevados y glaciares, organización de actividades y expediciones, aclimatación en altura, previsión meteorológica en montaña, aludes, seguridad y accidentes, actividades con niños, etc. Todo ello con el respaldo de la enorme experiencia del autor, Joaquín Colorado, alpinista, profesor y guía de montaña profesional».
Como dice César Pérez de Tudela, prologuista del libro: «Es uno de los manuales más prácticos y necesarios de cuantos se han publicado. No deja ningún aspecto sin tratar«.
Fuente:
Más información:
http://5estrellasclub.com, http://marcandoelpolo.com, http://armysoft.es, http://historiasdelahistoria.com
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