¿Alguna vez te has preguntado si estás haciendo lo correcto con tu tiempo? Cada día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, dedicamos tiempo a ciertas actividades. Todos tenemos el mismo número de horas al día.
Quizá el tiempo es lo mejor repartido en nuestra vida. Todos contamos con las mismas 24 horas, los mismos 1.440 minutos, los mismos 86.400 segundos de tiempo diarios. Lo que nos diferencia a unos de otros, es cómo aprovechamos ese tiempo.
A pesar de que todos disponemos de 24 horas al día, no a todos nos cunde el tiempo de igual manera. De la forma en que distribuyamos y usemos esas 24 horas depende de que tengamos un espacio para el trabajo, la familia, el ejercicio, el entretenimiento, los amigos, la relajación y el desarrollo y superación personal. El tiempo nos limita en multitud de aspectos de la vida.
Aprovechar nuestro tiempo puede marcar la diferencia entre ser una persona exitosa, y ser una persona que vive basada en límites, una persona que nunca llega a ningún lado.
Ya sea en el trabajo como en la vida personal es muy habitual escuchar frases como: «me faltan horas al día», «no tengo tiempo para mi»…
Hay una perspectiva sobre la gestión del tiempo que quizá no has tenido en cuenta. Hay algunas actividades que normalmente nos toman algunos minutos, pero que si calculas en términos de un año o más, hacen un total muy significativo.
Por ejemplo: si dedicas 30 minutos diarios a hacer cualquier actividad, la que sea, emplearás 23 días de 8 horas tan sólo revisando el correo este año. Esto equivale a 4,6 semanas de trabajo a 40 horas semanales, lo que significa que invertirás más de un mes completo de trabajo este año tan sólo a esa actividad. Y durante 50 años, gastarás más de 4 años y medio de trabajo continuo, sin hacer nada más que esa actividad y asumiendo 50 semanas de trabajo por año, cada semana de 40 horas.
Si estas cifras te impresionan un poco, es hora de que pienses realmente cómo quieres invertir tu tiempo. ¿Quieres gastar varios años de tu vida en algunas actividades? ¿Navegando por Internet? ¿Viendo la televisión?… ¿Estás seguro de que quieres dedicar premeditadamente de 5 a 10 años de tu vida a algunas actividades?
Contar con una perspectiva a largo plazo, permite ver mejor la forma en que tomamos decisiones a diario. Despilfarrar 15 minutos de tu día a día puede no parecer gran cosa, pero si lo realizas como un hábito, a diario, malgastarás el equivalente a 2,3 años de tu vida durante los próximos 50 años. ¿Realmente crees que es una decisión inteligente desperdiciar todo ese tiempo?
Si reflexionas el tiempo que inviertes en algunas actividades a largo plazo, podrías decidir a cuantas de esas actividades vale la pena dedicarle tantos años como hemos calculado antes.
Cada actividad nueva que empieces a realizar, piensa en el resultado en el largo plazo (por ejemplo en 50 años o en los años que calculas vivir de aquí en adelante. Después, imagina cómo te sentirás con esa inversión de tiempo cuando hayan transcurrido esos años.
¿Sacrificarías tanto tiempo de tu vida sentado en el sofá viendo televisión? ¿Puedes imaginarte a ti mismo viendo televisión durante 10 años seguidos? ¿Crees que esa es una inversión inteligente?
Tomemos por ejemplo, un amigo con quien hablas 30 minutos semanales. Durante los próximos 10 años, habrás invertido cerca de 33 días (de 8 horas) en esas conversaciones. ¿En cuantas de tus relaciones vale la pena realizar una inversión de tiempo tan grande?
Cuando recapacitas sobre las actividades diarias a las que dedicas algo de tiempo, quizá veas como una decisión sabia eliminar las que no valgan la pena. Recuerda que es tu tiempo y al final de tu vida habrás querido haber hecho algo mejor con el.
¿Por qué no empezar ahora? ¿Cuáles son los inicios más grandes de desperdicio de tiempo en tu vida? ¿Puedes empezar a dejar de dedicarles tiempo? ¿Qué programas de televisión puedes desechar? ¿Qué sitios web que no te aporten nada valioso puedes dejar de visitar para no cederles tanto tiempo de tu vida? ¿Qué relaciones tienen que irse definitivamente?
Cuando tengas claro las actividades que son realmente un desperdicio de tiempo de tu vida, investiga: ¿Qué actividades considero que valen mi tiempo?
Si divides tu vida en módulos de 5 años, ¿qué actividades valen un módulo completo? ¿Gastarías 5 años de tu vida en Facebook? ¿Es una inversión valiosa? ¿Obtendrás verdaderos frutos de dicha actividad?
Algunas actividades a las que, personalmente, no dedicaría 5 años de mi vida son: viendo televisión, viendo partidos de fútbol o trabajando como empleado.
Algunas actividades con las que me sentiría orgulloso de dedicarles un módulo completo de 5 años de mi tiempo serían: viajar, crecer como persona, ayudar a otras personas, aprender nuevas habilidades de gestión del dinero…
Descubrirás que llevas mucho tiempo dedicado a actividades que no valen la pena. Pero puedes hacer algunos pequeños ajustes para transformarlas en actividades valiosas. Mejorar las actividades puede ser una decisión inteligente a largo plazo. Por ejemplo: pongamos que dedicas una gran parte de tu tiempo a los videojuegos.
Quizás te guste mucho jugar, pero no sea una actividad tan valiosa como para dedicarle gran parte de tu vida y decides que algo debe cambiar. Por otro lado, dejar los juegos no te sienta bien. Por suerte, no tienes por qué abandonar la experiencia del juego que consideras valiosa.
Puedes mejorarla en algo que te siga haciendo sentir bien y que además te beneficie. Quizás 10 años de videojuegos en tu vida sea demasiado, pero es posible que al disminuirlo a un solo año no se vea tan impactante finalmente. ¿Y si en vez de jugar a juegos de consola o de ordenador cambias a juegos estratégicos de mesa?
Imagina todo un año de diversión jugando y retando a tus amigos con interesantes estrategias. Podrías conocer nuevos juegos cada semana y experimentar 50 juegos diferentes por año. Si los juegos te retan mentalmente y levantan tu espíritu competitivo, es posible que esa sí sea una buena inversión, además de que también sería una inversión de tiempo social.
Esto podría significar, prácticamente, contar con una sesión de 3 horas y media cada mes durante los siguientes 50 años. Y si deseas dedicar 2 años de tu vida en vez de uno, podrías dedicar 2 sesiones mensuales para duplicar el tiempo. Si de verdad te gustan los juegos y jugarlos con personas que te agradan, esta sería una buena inversión y estarías mejorando una actividad poco beneficiosa y de bajo valor. Es potencialmente una mejor inversión, que la de los videojuegos (en la que estarías sólo).
Estás a cargo de tu vida. Si no te gusta lo que haces con tu tiempo, debes cambiar. Los demás no tienen que decidir como quieres invertir tu tiempo, a no ser que les des el poder de manipularte y forzarte a hacerlo de alguna manera.
Empieza por conocer qué actividades son un desperdicio de tu tiempo. Después, reemplaza o mejora las actividades de poco valor por opciones más lucrativas. Deja de ver televisión y empieza a leer un poco más sobre crecimiento personal o lo que sea que te apasione.
Deja de invertirle tiempo a las redes sociales, y empieza a socializarte en la vida real. Deja de enriquecer a otros con tu empleo y crea tus propios flujos de ingresos o tu propio negocio.
Empieza a hacer lo que de verdad te gusta y aprovecha tu tiempo al máximo. No esperes más. Empieza ahora mismo.
Una de las autoridades internacionales más reconocidas en cuanto a liderazgo se refiere, Stephen Covey, explica que «la administración del tiempo no es la habilidad de exprimirle más horas al día, ni triplicarse a uno mismo para poder hacer mas cosas. En la mayoría de los casos, se trata de un problema de organización y no tiene nada que ver con hacer mas cosas. Se trata de concretar qué es lo más importante».
Decía Baltasar Gracián: «lo único que realmente nos pertenece es el tiempo; incluso aquel que no tiene nada, al menos tiene la misma cantidad de tiempo que cualquier otra persona».
Hay muchas cosas que distraen nuestra atención robando gran parte de nuestro tiempo: el teléfono, las visitas, el estrés, la fatiga, la mala planificación… Objetivos poco claros y la desorganización nos llevan a la pérdida de tiempo.
La administración del tiempo es, quizá, la habilidad más importante que se puede aprender en toda la vida. Saber usar el tiempo de manera efectiva es la raíz de todas las demás habilidades.
Los 10 puntos más importantes para administrar el tiempo son:
- Definir claramente los objetivos y seleccionar lo más importante. Ser más efectivo con tu tiempo es irrelevante si no sabes en qué invertirlo. A veces gastamos mucha energía queriendo ser más eficientes, sin saber que es lo que en realidad queremos conseguir. Es fundamental distinguir entre las cosas que realmente son importantes y las que no lo son. La forma más sencilla de saberlo es calcular cuánto cuesta tu tiempo por hora. Una vez lo hayas calculado, simplemente sigue la siguiente regla: no hagas nada que te pague menos de tu valor por hora multiplicado por el tiempo que invertirás.
- Analizar como emplear el tiempo. Malgastamos el tiempo en muchas cosas sin importancia. Para saber exactamente cuales son estas cosas, debemos hacerlas concientes, llevando un registro. Por ejemplo, utilizar un reloj con alarma que suene cada 30 minutos. Cada vez que suene el reloj, escribe brevemente las actividades que realizaste en la media hora. Cuando sepas los registros, examínalos. ¿Cómo se relacionan tus objetivos con las actividades en las que inviertes el tiempo? ¿Estas atendiendo cosas relevantes y prioritarias?
- Llevar una lista de tareas pendientes. Esta es una de las cosas más sencillas y, a la vez, más poderosas de cualquier sistema para administrar el tiempo: la lista de tareas. No importa si utilizas el dispositivo electrónico de moda o una hoja de papel, pero lleva un registro. Lo que realmente hace la diferencia es el hábito de escribir tus tareas pendientes día tras día.
- Dar prioridad a las tareas. Una vez terminada tu lista, establece qué elementos son los más importantes y márcalos para que resalten sobre todos los demás. Si la lista es muy grande, haz una nueva lista con los elementos prioritarios para el día o la semana: vuelve a determinar tu valor por hora y da más prioridad a las tareas que más te interesen.
- Planificar el día desde el día anterior. Todos los expertos en administración del tiempo recomiendan planificar desde el día anterior las actividades del día siguiente. Dedica los últimos 10 minutos de cada día para repasar tu lista de pendientes y define lo que tienes que hacer al día siguiente. Esto te permitirá comenzar cada día sabiendo exactamente que vas a hacer y con qué debes empezar.
- No dejar las cosas para después. Como dice el refrán: «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy«. Dejar para el final lo que no te gusta hacer es una de las peores estrategias que puedes utilizar, pues lo único que logras es prolongar el estrés asociado a la tarea. ¡Haz primero lo que no te gusta! Así, el resto del día será más placentero. Si la labor es muy grande, divídela en tareas más pequeñas para que te sea fácil empezar.
- Delegar en los demás. Una forma de hacer más en menos tiempo es dando tareas a terceras personas. La clave para delegar consiste en asignar alguna actividad a alguien más si este lo puede hacer más rápido, más fácil o mejor que nosotros. Eso si, después de delegar no olvides agradecer a los demás de la forma apropiada. Quizá creas que a los demás no les gusta recibir tareas de terceros, pero diversos estudios muestran exactamente lo contrario: a las personas nos gusta que nos asignen tareas, sobre todo si somos buenos haciéndolas. Así que escoge a la persona más apropiada y delega.
- Aprender a decir «NO». Decir «no» puede ser una de las herramientas de administración de tiempo más eficaces que puedes llegar a dominar. No se trata de evadir obligaciones, sino de invertir nuestro tiempo donde somos más productivos. Si la tarea interfiere con los objetivos que tienes planteados, busca una manera sutil para negarte. Sugiere a otra persona que pueda hacer el trabajo con los mismos o mejores resultados y siempre de la manera más amable posible.
Acepta sólo los proyectos en los que ambas partes ganen, tanto el cliente como tu empresa. Si el cliente no se va a beneficiar «sustancialmente» al adquirir tu producto o servicio, mal negocio. Si los honorarios que obtengas por el proyecto no te permiten obtener una utilidad razonable después de pagar los gastos, mal negocio. Los mejores negocios que puedes hacer son siempre en los que ambas partes ganan.
- Concentrarse en la tarea actual. Concéntrate al 100% en una tarea a la vez. Cuando logramos concentrarnos al 100% durante horas, tenemos periodos muy productivos. Pero lograr esta concentración y entrar en esta zona de productividad cuesta mucho y cualquier interrupción es suficiente para salir de ella. Debes tratar de eliminar todas las distracciones posibles: desconecta el teléfono o activa el contestador, apaga el móvil, cierra el correo electrónico o los programas para «chatear»” y cierra tu puerta.
- No olvidar quién es la persona más importante: UNO MISMO. A veces, cuando tenemos grandes proyectos tendemos a olvidarnos de los demás y lo que es peor, de nosotros mismos. Para ser altamente productivos necesitamos un adecuado balance entre cuerpo y mente. Realizar actividades que nos relajen, alimentarnos de forma adecuada y compartir tiempo con nuestros seres queridos, es lo que realmente nos permite adquirir un estado de armonía y rendir al máximo durante largos periodos. Sólo así obtendrás la energía que necesitas para definir todos tus proyectos.
Fuentes:
Juan Sebastián Celis Maya y Diego Bañuelos.
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